¿Alguna vez se ha preguntado cómo protegerse y obtener compensación por una enfermedad laboral? Las enfermedades profesionales representan un desafío significativo en el ámbito laboral, afectando la salud y el bienestar de los trabajadores. Comprender qué es una enfermedad profesional, cómo se produce y qué derechos tienen los empleados es esencial para garantizar un entorno de trabajo seguro y saludable.
Este artículo ofrece una guía completa sobre enfermedades profesionales, abordando su definición, ejemplos comunes y los factores de riesgo en el entorno laboral. También se explora el proceso de detección, diagnóstico y declaración de estas enfermedades, así como los derechos y obligaciones de los trabajadores. Además, se examina el papel de las Mutuas Colaboradoras y las prestaciones disponibles, proporcionando información valiosa para aquellos que buscan entender y navegar el complejo mundo de las enfermedades laborales y las indemnizaciones asociadas.
Las enfermedades laborales pueden producirse a consecuencia de muchos factores, por ello es muy importante conocer qué tipos de enfermedades laborales existen y a qué clase de indemnizaciones tenemos derecho.
Qué es una Enfermedad Laboral o profesional
La definición de enfermedad laboral está definida por el artículo 116 de la Ley general de seguridad social. Según esté artículo, aquella enfermedad que haya sido
contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena en las actividades que se especifiquen en el cuadro que se apruebe por las disposiciones de aplicación y desarrollo de esta Ley, y que esta proceda por la acción de elementos o sustancias que en dicho cuadro se indiquen para cada enfermedad profesional.
A partir de este artículo podemos extraer una serie de deducciones. Para que una enfermedad se considere como laboral o profesional será necesario que se cumplan una serie de requisitos:
- En primer lugar, necesario que la enfermedad se haya producido como consecuencia de las actividades que se especifican dentro del cuadro oficial de enfermedades profesionales. Este cuadro está limitado y no afecta a un número extremadamente amplio de enfermedades. Sin embargo, las enfermedades laborales que no se encuentren incluidas en este cuadro pueden añadirse como accidente laboral tal y como establece la Ley General de la Seguridad Social. Esta enfermedad se considerará como accidente de trabajo siempre y cuando exista una relación causal entre la exposición laboral y la enfermedad no incluida en el cuadro de enfermedades laborales.
- En segundo lugar, será necesario que la enfermedad laboral se haya producido a consecuencia de las sustancias o elementos que se establecen en el cuadro de enfermedades laborales correspondiente a cada enfermedad.
El Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, aprueba el cuadro de enfermedades profesionales, que se agrupa en seis categorías:
- Enfermedades causadas por agentes químicos
- Enfermedades causadas por agentes físicos
- Enfermedades causadas por agentes biológicos
- Enfermedades causadas por inhalación de sustancias
- Enfermedades de la piel causadas por sustancias y agentes no comprendidos en otros apartados
- Enfermedades causadas por agentes carcinogénicos
Este sistema de "lista cerrada" garantiza la concesión automática de prestaciones para las enfermedades listadas en el cuadro.
Diferencias con accidentes de trabajo
Las principales diferencias entre enfermedad profesional y accidente de trabajo son:
- Naturaleza: La enfermedad profesional produce un estado patológico, mientras que el accidente laboral provoca una lesión.
- Desarrollo: Una enfermedad profesional se contrae de forma paulatina, mientras que el accidente laboral se produce de manera inmediata.
- Periodo de observación: En la enfermedad profesional, existe un tiempo necesario para el estudio médico y determinación del agente causante.
- Incapacidad y muerte: En la enfermedad profesional, se admite en todo momento la prueba de que la muerte deriva de dicha situación, sin el límite de cinco años previsto para los accidentes de trabajo.
Diferencias entre Enfermedad Laboral y Accidente Laboral
La diferencia principal entre las enfermedades laborales y los accidentes laborales es el periodo de latencia. Por un lado los accidentes de trabajo se producen en un momento puntual, mientras que las enfermedades laborales se van produciendo de forma paulatina como consecuencia del trabajo diario y las funciones que afectan negativamente al trabajador. Según establece el Estatuto de los Trabajadores:
El empresario podrá verificar el estado de enfermedad o accidente del trabajador que sea alegado por éste para justificar sus faltas de asistencia al trabajo, mediante reconocimiento a cargo de personal médico. La negativa del trabajador a dichos reconocimientos podrá determinar la suspensión de los derechos económicos que pudieran existir a cargo del empresario por dichas situaciones.
Tipos de Enfermedades Laborales
Entre las enfermedades profesionales más comunes se encuentran:
- Trastornos musculoesqueléticos: Representan aproximadamente el 85% de las enfermedades profesionales notificadas en España. Incluyen patologías como epicondilitis y síndrome del túnel carpiano.
- Enfermedades respiratorias: Como la silicosis en trabajos en minas, túneles y canteras.
- Enfermedades de la piel: Dermatitis en trabajos de peluquería, limpieza y galvanizado.
- Enfermedades causadas por agentes biológicos: Principalmente en personal sanitario.
- Cáncer ocupacional: Causado por exposición a agentes carcinogénicos como el amianto.
Es importante destacar que para que una enfermedad sea considerada profesional, debe estar incluida en el cuadro oficial y ser causada por los elementos o sustancias especificados en dicho cuadro. Esto es fundamental para determinar las indemnizaciones y prestaciones a las que tiene derecho el trabajador afectado.
La mayor parte de los puestos de trabajo, independientemente del cargo en el que se sitúen, tienen riesgo de enfermedad laboral. La mejor forma de evitar este tipo de enfermedades es a través de una correcta planificación y cumplimiento del programa de prevención.
La formación de los trabajadores en el área de prevención de riesgos laborales es clave para evitar este tipo de enfermedades o reducir su impacto en el trabajador. Entre las enfermedades laborales más comunes se encuentran las siguientes:
- Problemas visuales. Exponerse constantemente a las pantallas de móviles y ordenadores durante muchas horas sin descanso y centrar la vista en un punto concreto puede afectar a la fatiga visual. Por eso, es necesario intentar apartar la vista de la pantalla cada cierto tiempo centrando la vista en objetos más lejanos.
- Problemas de espalda. Este tipo de dolencia se da con frecuencia en aquellos trabajadores que deben levantar mucho peso o que tienen que pasar muchas horas sentados. Es imprescindible una postura correcta tanto al levantar peso como al sentarse.
- Síndrome de fatiga crónica. Si no se duermen las horas suficientes durante mucho tiempo, el cansancio y la fatiga pueden convertirse en crónicos. Para evitar este tipo de enfermedad es muy importante dormir las horas necesarias y llevar una adecuada alimentación.
- Obesidad. La obesidad se produce especialmente en trabajos sedentarios en los que sepas una gran cantidad de horas sentado. Este tipo de trabajo se pueden compensar realizando actividad física diaria.
- Depresión y/o estrés. Esta es la causa principal del absentismo laboral y la disminución de productividad del trabajador. Cuando el trabajador comienza a sentir señales de estrés laboral o depresión de forma no puntual de debe prestar atención a las causas que lo pueden haber provocado.
- Problemas gastrointestinales. Este tipo de dolencias pueden surgir como consecuencia del anterior causa iban desde dolor abdominal hasta la enfermedad de colon irritable.
- Hipoacusia. Es la pérdida de audición como consecuencia de una exposición prolongada a un ruido intenso. Este tipo de enfermedad está relacionada con trabajos industriales o con maquinaria que emite mucho ruido. La mejor forma de evitar este tipo de enfermedad es usar protección auditiva.
- Síndrome del túnel carpiano. Este síndrome aparece como consecuencia de lesiones en las manos y muñecas debido a la atención en los tendones de estas articulaciones. Se da con frecuencia en personas que utilizan mucho el ratón del ordenador por lo que es recomendable el uso de un ratón ergonómico.
- Dermatitis de contacto. Reproduce cuando se manipulan sustancias corrosivas o dañinas para la piel durante el trabajo. La mejor solución para evitar este tipo de enfermedad es tomar medidas preventivas mediante el uso de guantes o instrumentos de protección.
- Enfermedades cardiovasculares. Es una de las principales causas de la baja laboral algunos trabajos donde no se realiza actividad física y que tienen una gran carga de estrés. Es importante evitar conductas sedentarias y prestar atención a cualquier signo que puede indicar un problema cardiovascular.
Principales enfermedades profesionales en España
En España, las enfermedades profesionales representan un desafío significativo para la salud laboral. Estas patologías, causadas o agravadas por las condiciones de trabajo, afectan a trabajadores de diversos sectores y ocupaciones. A continuación, se detallan las principales enfermedades profesionales reconocidas en el país.
Trastornos musculoesqueléticos
Los trastornos musculoesqueléticos (TME) constituyen el problema de salud laboral más frecuente en España y Europa. Estos afectan principalmente a la espalda, el cuello y las extremidades superiores. Los TME representaron el 39% del total de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales en 2006, con el 93% de las enfermedades profesionales notificadas siendo de origen musculoesquelético.
Los factores de riesgo incluyen:
- Cargas y aplicación de fuerzas
- Posturas forzadas o estáticas
- Movimientos repetitivos
- Vibraciones
- Factores psicosociales como altas demandas y bajo control
La prevención de los TME se centra en evaluar los riesgos, adaptar el trabajo a la persona y proporcionar formación adecuada a los trabajadores.
Enfermedades respiratorias
Las enfermedades respiratorias ocupan un lugar destacado entre las patologías laborales en España. Se estima que hasta el 25% de los casos de asma en adultos pueden atribuirse a la exposición ocupacional. Entre las principales enfermedades respiratorias profesionales se encuentran:
- Asma ocupacional
- Neumoconiosis (incluyendo silicosis)
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
- Cáncer de pulmón de origen laboral
La exposición a sustancias como el sílice, el asbesto y otros agentes químicos en industrias como la minería, construcción y manufactura contribuye significativamente a estas enfermedades.
Enfermedades de la piel
Las dermatosis profesionales son frecuentes en diversos sectores laborales. Los eccemas de contacto y las dermatitis son las manifestaciones más comunes. Profesiones como peluqueros, cirujanos plásticos, amas de casa y trabajadores textiles están particularmente expuestas a riesgos dermatológicos debido al contacto con sustancias irritantes o alergénicas.
Pérdida auditiva
La hipoacusia por exposición al ruido es una enfermedad profesional significativa. Se considera que el límite para evitar la pérdida auditiva es de 80 dB(A) para una exposición de 40 horas semanales. Las células ciliadas más susceptibles corresponden a las frecuencias entre 3000 y 6000 Hz, siendo la lesión en la banda de 4000 Hz el primer signo en la mayoría de los casos.
La prevención de estas enfermedades profesionales es crucial para proteger la salud de los trabajadores y reducir los costos asociados a las indemnizaciones y la pérdida de productividad. Es fundamental que tanto empleadores como empleados estén informados sobre los riesgos específicos de cada profesión y las medidas preventivas correspondientes.
Factores de riesgo en el entorno laboral
En el ámbito laboral, los trabajadores se enfrentan a diversos factores de riesgo que pueden afectar su salud y bienestar. Estos factores se clasifican en cuatro categorías principales: agentes químicos, físicos, biológicos y factores ergonómicos. Comprender estos riesgos es esencial para prevenir enfermedades profesionales y garantizar un entorno de trabajo seguro.
Agentes químicos
Los agentes químicos son sustancias presentes en el ambiente laboral que pueden causar daños a la salud de los trabajadores. Estos incluyen gases, vapores, polvos, humos, líquidos y aerosoles. La exposición a agentes químicos afecta al 23% de los trabajadores encuestados en España, según la VII Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo.
Los efectos de los contaminantes químicos dependen de la concentración ambiental y el tiempo de exposición. Pueden clasificarse según sus efectos en:
- Anestésicos y narcóticos
- Asfixiantes
- Irritantes y/o corrosivos
- Sensibilizantes
- Sistémicos
- Neumoconióticos
- Carcinógenos
- Mutagénicos
- Teratógenos
Es importante destacar que el uso de agentes químicos no se limita a las industrias químicas, sino que es común en sectores como la construcción, limpieza, hospitales, tratamiento de residuos y agricultura.
Agentes físicos
Los agentes físicos son formas de energía que pueden causar daños en la salud y la seguridad durante el trabajo. Los principales riesgos físicos incluyen:
- Ruido: Presente en fundiciones, carpinterías, fábricas textiles y sector del metal. Puede causar problemas de comunicación, disminución de la concentración y sordera.
- Vibración: Originada por máquinas, herramientas y vehículos. Puede provocar lumbalgias, lesiones de muñeca y codo.
- Radiación no ionizante: Incluye radiación ultravioleta, infrarroja, microondas y láser. Puede causar quemaduras, lesiones en ojos y aumento de la temperatura corporal.
- Radiación ionizante: Presente en reactores nucleares, tubos de rayos X y gammagrafía industrial. Puede causar dermatitis, cataratas y cáncer.
- Temperatura y humedad: Afecta a trabajos en fundiciones, hornos y forja. Puede causar malestar general, deshidratación y golpe de calor.
Agentes biológicos
Los agentes biológicos son organismos vivos o sus productos que pueden causar enfermedades en los seres humanos. Incluyen virus, bacterias, hongos, parásitos y toxinas. Los principales efectos para la salud son:
- Infecciones
- Alergias
- Efectos tóxicos o intoxicaciones
Los agentes biológicos se clasifican en cuatro grupos de riesgo según su peligrosidad y capacidad de propagación. La exposición puede ocurrir por contacto directo, inhalación de aerosoles contaminados o picaduras de insectos vectores.
Factores ergonómicos
Los factores ergonómicos son aquellos que pueden dar lugar a trastornos musculoesqueléticos (TME) en los trabajadores. Estos riesgos se derivan de:
- Posturas forzadas
- Aplicación continua de fuerzas
- Movimientos repetitivos
- Manipulación manual de cargas
Los TME afectan principalmente a la espalda, cuello, hombros y extremidades superiores. Según el sistema CEPROSS, en 2018, el 82,3% de las enfermedades profesionales comunicadas se debieron a agentes físicos, incluyendo los TME.
La evaluación de riesgos ergonómicos es crucial para prevenir estas enfermedades y garantizar un entorno de trabajo saludable y productivo. Se utilizan métodos específicos como el REBA y el método del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) para evaluar estos riesgos.
Detección y diagnóstico
La detección y diagnóstico de enfermedades profesionales es un proceso crucial para proteger la salud de los trabajadores y garantizar su derecho a indemnizaciones. Este proceso implica varios elementos clave que permiten identificar y abordar los riesgos laborales de manera efectiva.
Reconocimientos médicos
Los reconocimientos médicos son una herramienta fundamental en la detección de enfermedades profesionales. Estos exámenes tienen como objetivo:
- Conocer el estado de salud general del trabajador.
- Relacionar ese estado con la exposición a riesgos laborales.
- Evaluar la eficacia de las medidas preventivas implementadas.
- Identificar la necesidad de adoptar nuevas medidas de protección.
- Verificar si el estado de salud del trabajador puede constituir un peligro para otros.
Existen diferentes tipos de reconocimientos médicos:
- Inicial: al incorporarse al trabajo.
- Periódico: a intervalos regulares.
- Tras asignación de nuevas tareas con nuevos riesgos.
- Después de una ausencia prolongada por motivos de salud.
- Vigilancia periódica más allá de la finalización de la relación laboral en casos específicos.
Es importante destacar que estos reconocimientos son obligatorios y gratuitos para los trabajadores. Las empresas no pueden contratar a trabajadores que no hayan sido declarados aptos o permitir que continúen en su puesto si se detecta una inaptitud en los reconocimientos periódicos.
Período de observación
El período de observación es un tiempo destinado al estudio médico de la enfermedad profesional cuando es necesario aplazar el diagnóstico definitivo. Según el Real Decreto Legislativo 8/2015, este período tiene una duración máxima de 180 días, prorrogables por otros 180 días cuando se estime necesario para el estudio y diagnóstico de la enfermedad.
Durante este período, el trabajador puede estar en situación de incapacidad temporal. Al finalizar, el proceso puede concluir como enfermedad profesional, accidente de trabajo o enfermedad común.
Protocolos específicos
Para una detección y diagnóstico efectivos, se utilizan protocolos específicos que incluyen:
- Evaluación clínica y diagnóstica.
- Tratamiento terapéutico si es necesario.
- Estudio del puesto de trabajo para constatar la existencia de un riesgo específico incluido en el listado de enfermedades profesionales.
La investigación de enfermedades profesionales es una obligación del empresario y su incumplimiento es sancionable como falta grave. Esta investigación debe realizarse con prontitud tras el diagnóstico y respetando la protección de datos personales del trabajador.
Tras la investigación, se debe revisar la evaluación de riesgos y adoptar medidas correctoras para prevenir nuevos casos. Este proceso es fundamental para garantizar el derecho de los trabajadores a indemnizaciones por enfermedades profesionales y mejorar las condiciones de seguridad y salud en el trabajo.
Proceso de declaración de enfermedad profesional
El proceso de declaración de una enfermedad profesional es un procedimiento crucial para garantizar que los trabajadores afectados reciban la atención y las indemnizaciones adecuadas. Este proceso implica varios pasos importantes que deben seguirse cuidadosamente.
Notificación
La notificación es el primer paso en el proceso de declaración de una enfermedad profesional. Tras el diagnóstico por parte del médico de la mutua o del sistema público de salud, según quién tenga protegidas las contingencias profesionales, se procede a la notificación. La empresa tiene la obligación de proporcionar a estas entidades los datos necesarios que le requieran para este fin.
Es importante destacar que la tramitación de la enfermedad profesional se realiza mediante un sistema informático de la Seguridad Social denominado CEPROSS. Este sistema permite un seguimiento eficiente de los casos y facilita la gestión de la información relacionada con las enfermedades profesionales.
Los delegados de prevención tienen derecho a solicitar información a la empresa sobre los daños a la salud de los trabajadores. La empresa está obligada a proporcionar esta información de acuerdo con el artículo 18 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, siempre respetando la legislación vigente sobre confidencialidad de datos.
Investigación
La investigación de las enfermedades profesionales es una herramienta preventiva fundamental que contribuye al control de los riesgos laborales. Su objetivo principal es conocer las condiciones de trabajo que pueden estar asociadas con la aparición de enfermedades profesionales y obtener información sobre los riesgos para poder actuar sobre ellos.
El proceso de investigación debe iniciarse con prontitud tras el diagnóstico de la enfermedad profesional. Es responsabilidad del personal sanitario y técnico del servicio de prevención con el que la empresa tenga concertada la actividad preventiva. En caso de que las actividades sanitarias y técnicas sean llevadas a cabo por servicios de prevención diferentes, el empresario debe garantizar una adecuada coordinación entre ellos.
La investigación debe realizarse en el lugar habitual de trabajo de la persona afectada, recurriendo a diversas fuentes de información, incluyendo el testimonio del propio trabajador, del facultativo que le presta asistencia, de los compañeros de trabajo y/o superiores jerárquicos. Es fundamental evitar hacer juicios de valor y perseguir siempre la identificación de los factores de riesgo que han originado la enfermedad profesional.
Calificación
La calificación de una enfermedad como profesional es un paso crucial en el proceso de declaración. Esta calificación determina el acceso a las prestaciones e indemnizaciones correspondientes. Para que una enfermedad sea considerada profesional, debe cumplir con los criterios establecidos en el cuadro de enfermedades profesionales aprobado por las disposiciones legales vigentes.
Tras la investigación y calificación de la enfermedad profesional, es obligatorio revisar la evaluación de riesgos y adoptar las medidas correctoras necesarias para prevenir la aparición de nuevos casos. Esto incluye la implementación de acciones preventivas adecuadas para eliminar, reducir o controlar el riesgo que ha originado el daño a la salud.
Es importante recordar que el incumplimiento de estas obligaciones por parte del empresario puede ser sancionado como falta grave, según lo establecido en la Ley de Infracciones y Sanciones del Orden Social.
Derechos y obligaciones del trabajador
Los trabajadores tienen derechos y obligaciones fundamentales en materia de seguridad y salud laboral, especialmente en lo que respecta a las enfermedades profesionales. Estos derechos y obligaciones son esenciales para garantizar un entorno de trabajo seguro y saludable, así como para facilitar el proceso de obtención de indemnizaciones en caso de enfermedad profesional.
Derecho a la protección
La Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales establece que los trabajadores tienen derecho a una protección eficaz en materia de seguridad y salud en el trabajo. Este derecho incluye:
- Información: Los trabajadores deben ser informados sobre los riesgos laborales y las medidas de prevención.
- Consulta y participación: Tienen derecho a ser consultados y participar en las decisiones que afecten a su seguridad y salud.
- Formación: Deben recibir formación en materia preventiva.
- Paralización de la actividad: En caso de riesgo grave e inminente, los trabajadores pueden interrumpir su actividad.
Vigilancia de la salud
La vigilancia de la salud es un derecho fundamental del trabajador y una obligación del empresario. Según el artículo 22 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales:
- El empresario debe garantizar la vigilancia periódica del estado de salud de los trabajadores.
- Esta vigilancia es voluntaria, salvo en casos específicos donde sea imprescindible para evaluar los efectos de las condiciones de trabajo o cuando exista un peligro para el trabajador u otras personas.
- Los reconocimientos médicos deben respetar la intimidad y dignidad del trabajador.
- Los resultados de la vigilancia deben ser comunicados a los trabajadores afectados.
- Los datos médicos son confidenciales y no pueden ser usados con fines discriminatorios.
Comunicación de síntomas
Los trabajadores tienen la obligación de informar inmediatamente sobre cualquier situación que, a su juicio, entrañe un riesgo para la seguridad y salud. Esto incluye la comunicación de síntomas que puedan estar relacionados con una enfermedad profesional.
En caso de que se detecten síntomas de una enfermedad profesional que no constituya incapacidad temporal, pero cuya progresión sea posible evitar, se debe proceder al traslado del trabajador a otro puesto de trabajo exento de riesgo dentro de la misma empresa.
Es importante destacar que el cumplimiento de estos derechos y obligaciones es fundamental para la prevención de enfermedades profesionales y para facilitar el proceso de obtención de indemnizaciones en caso de que se produzcan. Los trabajadores deben estar informados y ser proactivos en la protección de su salud laboral, mientras que los empresarios tienen la responsabilidad de garantizar un entorno de trabajo seguro y saludable.
Papel de las Mutuas Colaboradoras
Las Mutuas Colaboradoras con la Seguridad Social desempeñan un papel crucial en la gestión de enfermedades profesionales y accidentes laborales. Estas asociaciones empresariales, sin ánimo de lucro, tienen la responsabilidad de administrar las prestaciones y proporcionar asistencia a los trabajadores afectados por contingencias profesionales.
Asistencia sanitaria
Las Mutuas ofrecen una amplia gama de servicios de asistencia sanitaria para los trabajadores que sufren accidentes laborales o enfermedades profesionales. Cuentan con una extensa red de centros propios, incluyendo 1.058 ambulatorios, 23 hospitales con 76 quirófanos y 1.234 camas, y 865 instalaciones de rehabilitación. Esta infraestructura permite a las Mutuas proporcionar atención médica especializada y rehabilitación, maximizando la calidad de sus prestaciones mientras minimizan los costes para las empresas, autónomos y el sistema de Seguridad Social.
Gestión de prestaciones
Las Mutuas se encargan de gestionar las prestaciones económicas derivadas de la incapacidad temporal, tanto por contingencias comunes como profesionales. En el caso de los autónomos, esto incluye el subsidio durante el período de baja por accidente de trabajo o enfermedad profesional. Además, gestionan la cobertura por cese de actividad o paro de autónomos, proporcionando un apoyo financiero crucial durante períodos de inactividad laboral forzosa.
Asesoramiento en prevención
Un aspecto fundamental del papel de las Mutuas es su labor en la prevención de riesgos laborales. Desarrollan programas de asesoramiento técnico, especialmente dirigidos a pymes y sectores con alta siniestralidad. Estos programas incluyen:
- Visitas a empresas asociadas para evaluar y mejorar las condiciones de seguridad.
- Asesoramiento sobre coordinación de actividades preventivas en centros de trabajo con múltiples empresas.
- Difusión del servicio "Prevención10.es" para empresas de hasta 25 trabajadores y autónomos.
- Asistencia en la adaptación de puestos de trabajo para la reincorporación de trabajadores accidentados.
Las Mutuas también colaboran en el mantenimiento del sistema de información sobre enfermedades profesionales y en la elaboración de estudios sobre causas de siniestralidad laboral. Su objetivo es fomentar una cultura preventiva en las empresas y entre los trabajadores, contribuyendo así a la reducción de accidentes y enfermedades profesionales.
Prestaciones por enfermedad profesional
Las prestaciones por enfermedad profesional son beneficios que la Seguridad Social otorga a los trabajadores afectados por patologías derivadas de su actividad laboral. Estas prestaciones se dividen en tres categorías principales: incapacidad temporal, incapacidad permanente e indemnizaciones.
Incapacidad temporal
La incapacidad temporal se produce cuando el trabajador está impedido para trabajar debido a una enfermedad profesional y recibe asistencia sanitaria de la Seguridad Social. Durante este período, el trabajador tiene derecho a un subsidio diario calculado en función de su base reguladora.
Los períodos de observación por enfermedad profesional tienen una duración máxima de 6 meses, prorrogables por otros 6 cuando se estime necesario para el estudio y diagnóstico de la enfermedad.
Incapacidad permanente
La incapacidad permanente se reconoce cuando el trabajador presenta lesiones previsiblemente permanentes que reducen su capacidad laboral. Se clasifica en diferentes grados:
- Incapacidad permanente parcial: Reducción de al menos el 33% del rendimiento laboral.
- Incapacidad permanente total: Imposibilidad de realizar las tareas fundamentales de la profesión habitual.
- Incapacidad permanente absoluta: Incapacidad para realizar cualquier trabajo.
- Gran invalidez: Necesidad de asistencia para actos básicos de la vida diaria.
La cuantía de las prestaciones varía según el grado de incapacidad reconocido, desde una indemnización a tanto alzado hasta pensiones mensuales.
Indemnizaciones
Además de las prestaciones por incapacidad, existen otras indemnizaciones relacionadas con las enfermedades profesionales:
- Lesiones permanentes no invalidantes: Se indemnizan conforme a un baremo establecido.
- Prestaciones por muerte y supervivencia: Incluyen indemnizaciones para cónyuges, huérfanos y, en algunos casos, ascendientes del trabajador fallecido.
En casos de negligencia empresarial, las prestaciones pueden incrementarse entre un 30% y un 50%. La cuantificación de estas indemnizaciones es compleja y considera factores como el daño emergente, el lucro cesante y los daños morales.
Indemnización por Enfermedad Laboral
Un trabajador sufre un accidente laboral, o como es el caso, una enfermedad laboral tiene derecho a ciertas prestaciones mientras sufre pincho contratiempo.
Si la baja es temporal el trabajador tendrá derecho a una prestación por incapacidad temporal. En el caso de que la enfermedad sea permanente y el trabajador no se recupere de la enfermedad y sea incapaz de realizar su trabajo, tendrá derecho a una prestación de incapacidad permanente.
En el caso de que exista responsabilidad civil por la enfermedad laboral que ha sufrido el trabajador durante sus servicios en la empresa, tendrá derecho a una indemnización por daños y perjuicios. Si el trabajador no ha cumplido la prevención de riesgos laborales, tendrá un recargo en su posible prestación.
En cualquier caso, todas las indemnizaciones y/o prestaciones son compatibles entre ellas, pero no siempre se consiguen de forma automática.
La empresa solo tendrá que abonar una prestación cuando tenga una responsabilidad directa o indirecta sobre la enfermedad laboral del trabajador. La prestación a la que tendrá derecho el trabajador durante el tiempo de incapacidad temporal será del 75 % de su salario base desde el primer día de su baja laboral. En este caso no se requerirá un periodo mínimo de cotización al trabajador.