El uso recreativo o medicinal de drogas o sustancias tóxicas, entre las que se incluye el alcohol pese a su legalidad, está regulado por la ley para evitar posteriores problemas. Por ello, una de las particularidades del consumo de alcohol es su capacidad para inhabilitarte en muchas situaciones, así como potenciar las sensaciones de inhibición.
Estos efectos provocan la necesidad de realizar tests de alcoholemia en determinadas situaciones, a fin de determinar si el sujeto testado se encuentra bajo los efectos del alcohol y en qué grado. Un consumo excesivo merma las capacidades cognitivas, lo que impedimenta al individuo de la realización de tareas rutinarias como la construcción o su capacidad de trabajo.
Del mismo modo, las pruebas de alcoholemia también sirven como mecanismo de control para aquellas personas que sufren de alcoholemia crónica, a fin de prevenir y supervisar sus avances para superar la adicción.
Qué es un Test de Alcoholemia
El test o prueba de alcoholemia se trata de un procedimiento de obligado cumplimiento a que deben ser sometidos los conductores a los que se requiera. El incumplimiento de esta obligación puede suponer hasta 6 puntos de pérdida en el carnet. Generalmente son controles rutinarios para certificar la conducción con las facultades cognitivas intactas y garantizar la seguridad en carretera.
La aplicación de distintos métodos de medición es la forma en la que se determinan los niveles de la sustancia tóxica en sangre. En estos casos suele hacerse valer a través del alcoholímetro, siento este método la medición por aire espirado aunque también puede solicitarse la prueba mediante un análisis de sangre.
Cuándo pueden hacerte un control de alcoholemia
La exposición a un test de alcoholemia suele ser de obligado cumplimiento, ya que tiene por objeto garantizar unos mínimos de seguridad y sancionar a aquel que atente contra este equilibrio. Además, es importante tener en cuenta que los controles de alcoholemia no están restringidos al tráfico o circulación.
A continuación vamos a exponer una serie de situaciones en las que podría solicitarse el sometimiento a una prueba de alcoholemia o a un control de índole similar a esta. Por ejemplo, ante un accidente de tráfico es preciso realizar esta prueba con la mayor pontitud posible para determinar si los efectos del alcohol han intervenido en el choque o en el alcance de vehículos.
No es preciso tampoco que haya una razón particular, ya que la mera solicitud por parte de un agente habilitado para la función es motivo suficiente para realizar el examen. Esto puede deberse ante la sospecha de que el individuo se encuentra bajo los efectos del alcohol. Ante estos casos, el perito judicial debe realizar un trabajo excelente para comprobar que ha habido o no un abuso por parte del agente policial.
Ante la necesidad de demostrar que el sujeto se encuentra limpio y libre de alcohol para la consecución de algún trámite, de vuelta al trabajo o frente a la necesidad de constatar su capacidad para ejercer alguna actividad.
Qué tipos de pruebas de alcoholemia existen
La aplicación de una prueba u otra para medir el nivel de alcohol en sangre va a estar supeditado a la situación en la que se presente necesaria realizar una medición. No es lo mismo la exposición al test de alcoholemia por un control rutinario a manos de un profesional en una clínica o en el domicilio que el realizado en carretera a vehículos en movimiento.
Generalmente se hace uso de un único instrumento, el alcoholímetro, pero puede venir acompañado por el etilómetro. ¿Cuándo se elige un medio u otro? Por regla general, el alcoholímetro es la herramienta más popular que además puede ser de uso personal, y es la utilizada en los controles en carretera en un primer momento.
El etilómetro, por su parte, constituye un instrumento mucho más sofisticado y con un margen de error inferior, por lo que su utilización queda restringida a la constatación del positivo una vez se ha realizado la prueba de alcoholemia con el primer instrumento.
Ante un positivo doble, justificado por esta segunda prueba y dependiendo de los niveles marcados por la medición, el individuo será sancionado. El perito judicial debe realizar una exploración sistemática y pormenorizada de todos los aspectos del proceso de medición para encontrar una justificación que ayude en el recurso de la multa.
El mínimo importe de la sanción son 500 euros al dar entre 0.25 y 0.50 mg de alcohol por aire espirado, además de la consiguiente pérdida de 4 puntos del carnet de conducir, siempre y cuando sea la primera multa del año natural.
Cuando la puntuación es superior en la tasa de alcoholemia, se incrementa de manera porcentual tanto el importe económico de sanción como la restricción de puntos. La pérdida de puntos suele ser el mayor motivo para presentar un recurso por la prueba de alcoholemia.
Cómo recurrir una multa por alcoholemia
Existen una serie de datos y cantidades estandarizados en los que se refleja el máximo nivel de alcohol en sangre permitido. En los casos de accidentes de circulación o de un control rutinario que de positivo en alcohol, cabe la posibilidad de recurrir la multa si se ha visto un trato injusto o no se está de acuerdo con la misma.
¿Qué argumento o mecanismos utilizar en este momento? Lo mejor es solicitar una segunda prueba de alcoholemia al poco tiempo de ocurrir la primera, para contar con un documento que acredite la fiabilidad del resultado. Si tan solo el sujeto se ha visto expuesto a una toma de del test, se puede argumentar un falso positivo.
Si esta argumentación no constituye una posibilidad real, también el sujeto en el juicio por la reclamación en la prueba de alcoholemia puede poner en tela de juicio el equipamiento y material utilizado para la medición, así como las capacidades o estado mental de los encargados de realizarla.
El perito judicial tratará de encontrar en la documentación relativa al caso cualquier indicio que soporte esta defensa jurídica, así como el examen detallado del resto de circunstancias que puedan afectar a la hora de recurrir una sanción por test de alcoholemia.
Qué pruebas necesito para la reclamación
Si estás inconforme con la pena, sanción o multa recibida después de dar positivo en un test de alcoholemia, siempre tienes la posibilidad de reclamar tanto la cantidad económica impuesta, como la pérdida de puntos o la posibilidad de entrada en prisión si se diera el caso.
El positivo en la prueba de alcoholemia puede constituir un delito si acaba superando los 0.60mg/l de alcohol espirado o los 1,2mg/l en sangre. Esta realidad puede comportar la entrada en prisión, por lo que se precisa de la construcción de la mejor defensa jurídica posible para evitar esta circunstancia.
¿Qué pruebas puedo utilizar?
En primer lugar, dado que ya no se puede realizar una tercera toma, se deben de buscar flaquezas en el momento del procedimiento de medición de alcohol. Es decir, cuestionar cada uno de los movimientos realizados por los encargados de la medición, a fin de restar credibilidad a la prueba realizada.
- Revisión y peritaje de los instrumentos y herramientas utilizadas (alcoholímetro, etilómetro...)
- Validez del material utilizado
- Evaluación de la cadena de custodia de las pruebas
Ante la duda en cualquiera de estos elementos, el abogado en conjunto con el perito y su investigación, pueden impugnar el test de alcoholemia con motivos suficientes y respaldados por los datos recabados por el perito judicial.
Sumado a todo ello, no se debe olvidar la necesidad de que ante el primer positivo, se cercioren las autoridades mediante la realización de una segunda medición. Ante la inexistencia de esta segunda prueba se puede seguir impugnando el proceso.
Peritos y abogados para recurrir la prueba de alcoholemia
En el momento en el que el sujeto decide establecer un recurso o una reclamación por los resultados arrojados por el test de alcoholemia, debe ponerse en contacto con los profesionales necesarios.
Los servicios que más utilidad van a proporcionar en estas circunstancias son los ofertados por los abogados y peritos judiciales. Estos dos expertos forman el equipo técnico legal por excelencia para cualquier procedimiento de reclamación.
El perito judicial es el encargado de familiarizarse con el caso a todos los niveles, a fin de encontrar durante el transcurso de su investigación, pruebas que respalden la argumentación formulada por el afectado. Ante la emisión de un dictamen pericial que encierre y avale todas las particularidades del proceso, es el abogado el encargado de construir una defensa jurídica férrea en base al informe.
Cuáles son las vías del recurso de la prueba de alcoholemia
La principal vía de recurso por una prueba de alcoholemia debe estar fundamentada tanto en la sanción recibida como en el procedimiento llevado a cabo durante el control. Es importante el análisis de cada uno de los procesos y trámites relacionados con la sanción para determinar si ha ocurrido algún fallo entre ellos.
Se debe de contactar con un abogado que nos asesore sobre los pasos a dar y en qué orden tomarlos. Por ejemplo, es recomendable presentar una reclamación sobre la prueba de alcoholemia que se justifique por la duda o falta de confianza en el material utilizado. Es preciso el estudio y revisión de los instrumentos y equipo de medición utilizado, así como atestiguar que han pasado los controles precisos para su puesta en funcionamiento.
Es imprescindible la contratación de los servicios de un perito judicial que fortalezca la defensa jurídica del caso. La emisión del informe pericial va a ser de especial relevancia para la anulación del control de alcoholemia.
De hecho, los conocimientos y experiencia de este profesional pueden ayudar en la certificación de argumentos, como la puesta en duda de la cadena de custodia. El trabajo pericial va a determinar si la cadena de custodia pasada por la muestras y pruebas de alcohol se encuentra corrompida por alguna circunstancia o si algún agente externo ha podido influenciar en el resultado final. Todo ello quedará reflejado en el informe pericial.
El Informe Pericial contra el atestado
El informe pericial por alcoholemia es la evidencia probatoria en la que se van a depositar todas las esperanzas durante el recurso del test de alcoholemia. Este documento está elaborado y justificado por un perito judicial, experto en el área de especialización sobre la que verse el caso.
Su experiencia y conocimientos avalan las competencias profesionales para la realización de esta investigación. Además de la aplicación de métodos y técnicas específicas para contrarrestar todos los hechos que han intervenido en el control de alcoholemia, es preciso que este perito tenga consciencia sobre lo amparado en el marco legal regulador: el Código de Tráfico y Seguridad Vial.
En primer lugar, el perito debe recabar toda la documentación posible sobre el procedimiento de la toma de cantidades, ya sea mediante la analítica producida por el alcoholímetro o por el atestado policial que se redactara a raíz de la sanción.
Es preciso que este profesional contraste todo lo argumentado por la acusación para encontrar fallas o posibles interpretaciones en la documentación relativa al caso. En segundo lugar, se buscarán nexos de causalidad o demostraciones fehacientes de la falta de criterio durante la realización de la prueba de alcoholemia. La emisión de este dictamen pericial va a permite conseguir una evidencia probatoria que sirva para convencer al juez.
La última palabra en la consecución de una sentencia favorable o del retiro de los cargos de la acusación es la del juez encargado del caso. Por ello, el informe pericial debe ser redactado con la pretensión de ser lo más expositivo posible para facilitarle la decisión al encargado.
Del mismo modo, el perito judicial debe elaborar este dictamen con claridad y con terminología comprensible, además de tener predisposición a intervenir durante el litigio para aclarar los elementos del informe que queden dudosos.
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